CONTACTO
Los padres no solo somos los responsables de la provisión de nuestros hijos, el darle todo lo que ellos necesitan para estar bien es nuestra obligación.
Los padres también somos los
responsables del futuro y del destino de nuestros hijos.
Cuando uno es pequeño, tan sólo un niño en edad
inicial, los padres son lo máximo, unos héroes capaces de conquistar el mundo
entero, son nuestros ídolos, lo más grande que tenemos, por eso los niños se
forman o se deforman a la imagen y semejanza de sus padres.
Ellos
son como unas esponjitas que absorberán absolutamente todo, como loritos
repetirán todo, y de adolescentes y adultos se comportaran tal cual como vieron
el desempeño en su casa.
Si
hubo amor, unión, hermandad, estabilidad, paz, tranquilidad, ellos serán con
bastante seguridad buenos estudiantes, buenos amigos, buenos hijos, seres
amigables, sanos mentalmente, y se les verá sonreír con frecuencia. Si por el
contrario su ambiente de crecimiento y maduración es hostil, de peleas,
conflictos, desengaños, infidelidades, mentiras, su hijo será sin duda el
reflejo de eso, tendrá problemas para relacionarse con su entorno, le costará
mucho encontrar el rumbo de su vida, tendrá odio y resentimiento hacia sus
padres y podrían pasar una temible factura de rebeldía y caos.
El
ambiente es lo que determina no solo el crecimiento también tiene mucho que ver
con su desarrollo y productividad. Los mejores galpones de criaderos de pollo
son aquellos que generan un ambiente adecuado para el crecimiento y desarrollo,
para lograrlo no solo utilizan lámparas también los estimulan a través de la
música. Quienes tienen invernaderos saben que las mejores plantas se logran
cuando quienes las cuidan también les hablan y generan un ambiente que les
permita crecer siendo las mejores.
Si
queremos tener hijos, esposas y esposos sanos física y emocionalmente es
necesario que aprendamos a crear un ambiente en el cual lo podamos lograr; dile
a tu esposa, a tu esposo a tus hijos cuan importantes son, exprésales palabras
emotivas y animadoras.
En
el capítulo 36 solo encontramos nombres y más nombres que muchos no queremos
leer, para nosotros tal vez la genealogía de alguien no nos importa pero para
el pueblo de Dios si era muy importante conocer las raíces familiares de las
personas con las que tenían que tratar, es verdad que nosotros no nos casamos
con la familia de nuestra pareja, pero si nos casamos con las experiencias que
nuestra pareja haya vivido en su hogar. El ambiente en el cual haya vivido nuestra
pareja también determinara el ambiente que ahora podamos tener como nueva
familia.
Todos
conocemos la historia de José él fue vendido por sus hermanos y vemos este hecho
como algo monstruoso.
Pero
en realidad ¿quién fue el culpable de esta tragedia? Los hermanos de José lo
odiaban pero la razón era que su padre tenía preferencia amaba más a José y
esto causó heridas en el corazón de los demás hijos. V 4 “Y viendo sus hermanos que su padre lo
amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle
pacíficamente”
No
hay pretexto para preferir a uno más que a otro, el pretexto de Jacob era que
lo había tenido en su vejez, cuál es tu excusa. V 3 “Y amaba Israel a José más que a todos
sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos
colores”
La preferencia produce:
1.
Envidia entre los demás. V 11 “Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto” la envidia produce malos sentimientos, daña el corazón. V
18 “Cuando ellos lo
vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para
matarle”
2.
Indiferencia al dolor ajeno, nos hace insensibles. V 25 “Y se sentaron a comer pan; y alzando
los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y
sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.”
3.
Camuflamos la maldad con un mal pequeño. V 27 “Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra
mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus
hermanos convinieron con él” la maldad es maldad,
el pecado es pecado no importa su tamaño.
El
amor que se tengan entre hermanos depende del amor que los padres le tengamos a
nuestros hijos. La unidad en el hogar depende del buen manejo del amor que
tengamos los padres.
“Ama
siempre a tus hijos por igual, piensa en ellos como en tus dedos, todos
diferentes, pero provenientes de una misma mano.”